Ptosis Palpebral
La ptosis palpebral se refiere a la caída del párpado superior, normalmente por alteraciones en el músculo que eleva el párpado y es importante diferenciarlo de otras que pueden simularlo pero que realmente no lo son, como un exceso de piel (dermatocalasia) que se corrige con una blefaroplastia o una ptosis de la ceja que precisa reposicionamiento quirúrgico.
Puede producirse a cualquier edad a lo largo de la vida, desde el nacimiento (ptosis congénita) hasta la edad adulta y suele ser un motivo muy frecuente de visita.
Información sobre la cirugía:
- Anestesia: Local y sedación en adultos, anestesia general en niños.
- Tiempo: 40 minutos.
- Hospitalización: ambulatoria tanto niños como adultos.
- Recuperación laboral: 7-10 días.
Los síntomas que puede ocasionar una ptosis palpebral van desde la alteración del campo de visión superior hasta la sensación de peso o cefalea por la compensación con la frente y las cejas para elevar los párpados por ejemplo al leer. Aunque el motivo más frecuente por el que acuden nuestros pacientes es el estético, debido a la asimetría que observan en la apertura de los párpados cuando se hacen una fotografía o a se miran en el espejo.
“Los párpados caídos pueden estar motivados por múltiples causas. Es imprescindible que la exploración la realice un especialista en oculoplastia para determinar su origen y el mejor tratamiento. ”.
Dra. Salomé Abenza
Especialista en cirugía de párpados caídos.
Causas más frecuentes de la Ptosis Palpebral
En edades avanzadas se deben a la desinserción del músculo que eleva el párpado (ptosis aponeuróticas), aunque el uso de lentes de contacto puede predisponer a su desarrollo en personas más jóvenes. En estos casos, la recolocación de dicho músculo en su lugar de origen (reinserción de la aponeurosis del elevador del párpado superior) es suficiente para un buen resultado estético y funcional.
En niños, las ptosis palpebrales que están presentes desde el nacimiento, suelen producirse porque el músculo no se forma bien durante el embarazo (ptosis miogénicas congénitas) y su fuerza está disminuida o ausente. El momento de la intervención dependerá del desarrollo visual, ya que en casos severos puede generarse una ambliopía (ojo vago) si no se trata de forma precoz.
El tratamiento en este caso consiste en acortar dicho músculo para darle tensión y mejorar la apertura del párpado si existe algo de fuerza (resección del músculo elevador).
Si el músculo no tiene nada de fuerza, será necesario utilizar una técnica de suplencia con el músculo de la frente de forma interna, con unas pequeñas incisiones en el párpado y la frente, bien utilizando tejidos propios como el músculo de la frente del paciente o con materiales sintéticos, según el caso y la edad.
Otras causas menos frecuentes son neurológicas, traumáticas, enfermedades musculares (distrofias musculares), que pueden requerir tratamientos específicos.
En general, la ptosis palpebral suele requerir un tratamiento quirúrgico para ser solucionada y es el cirujano oculoplástico el que mejor conoce la anatomía y las relaciones con el resto de estructuras perioculares y el ojo y es capaz de corregir cualquier mínima asimetría para devolver una mirada natural.
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